sábado, 1 de junio de 2013

Análisis de artículo anti matrimonio igualitario


Del mismo modo que escribí hace algún tiempo la respuesta al padre Ulloa por su artículo de opinión al respecto de la pastilla del día después, ahora hago una respuesta al artículo de Pablo Ortiz García sobre el matrimonio igualitario. No es un artículo muy especial o impactante, pero decidí tomarlo por su simpleza ya que pienso hacer análisis de debates o artículos de opinión más seguido, y quiero encontrar un formato más impersonal y menos confrontacional que el que usé antes. La retroalimentación es bienvenida. A continuación el artículo en negrita y mis anotaciones intercaladas en texto normal.



Coincido


Creo que me estoy "poniendo viejito". ¡He coincidido con una de las ideas expuestas por el Presidente en la última sabatina! Pues sí, amable lector, se inicia el tercer período de gobierno del economista Correa, y digo, paladinamente, que estoy de acuerdo con su criterio de no aceptar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Tenemos la postura del columnista: se opone al matrimonio en el caso de parejas homosexuales.

A mí me parece una barbaridad, sino para qué la naturaleza ha previsto dos sexos.
Falacia naturalista.

Hay ciertas novelerías (algunas estrafalarias), que por ser aceptadas por una serie de países, no significa, necesariamente, que eso esté correcto o sea conveniente.
Hombre de paja. La razón por la que se pide el matrimonio igualitario no es para ser como otros países ni por novelería. Se pide porque existen personas que se quieren casar con su pareja y no pueden.

No por el hecho de cambiar o reformar conductas, se debe ir al otro extremo, como sería el caso de aceptar que dos seres de un mismo sexo contraigan matrimonio. Hay que evolucionar, no involucionar. En ciertos casos, como podría ser este, por querer avanzar (no se a dónde), lo que se hace es retroceder.
Aquí en realidad no dice nada. Seguimos.

En todos los seres vivientes existen las hembras y los machos.
De vuelta con la falacia naturalista, pero esta vez con evidencia falsa. En la naturaleza vemos desde especies con 1 sexo como la mayoría de bacterias, hasta 7 como en el caso de un protozoo llamado tetrahymena. Luego están especies hermafroditas como los peces payaso, o especies que se pueden reproducir de manera sexual o asexual como las estrellas de mar.

Tanto es así, la distinción de dos géneros, que se ha puesto de moda en el socialismo del siglo XXI la tontería de hablar y escribir en masculino y femenino. Ya se discutió este tema entre los asambleístas constituyentes en Montecristi. Se redactó la Constitución "con infinito amor", y se dispuso que el "matrimonio es la unión entre hombre y mujer" (artículo 67). En el Código Civil, también reformado por este gobierno, al definir el matrimonio como un contrato, se dispone que ese contrato sólo se lo puede firmar entre un hombre y una mujer (artículo 81). Y el Código de la Niñez y Adolescencia da la responsabilidad "al padre y a la madre" de la protección y cuidado de los hijos (artículo 9).
La constitución es un pedazo de papel, y las convenciones del lenguaje son una construcción social que no prueban nada. Argumentos de este tipo caen en la apelación a la autoridad. Ligeramente fuera de tema, noten cómo el columnista considera una tontería tratar de hacer al lenguaje español un poco más incluyente.

En la misma Constitución, al tratar de las uniones estables y monogámicas (artículo 68), no se señala que deben ser entre un hombre y una mujer. ¡No!, ya se dispone que éstas son "entre dos personas libres de vínculo matrimonial". Con eso se ha dado un paso suficiente, más que necesario, para atender peticiones de gente cuya preferencia sexual no es usual, por decir lo menos.
Cortina de humo. Se está pidiendo específicamente que sea legal el matrimonio en parejas homosexuales. La existencia o no de la unión libre es irrelevante, pues no se trata de un nombre alternativo para el matrimonio homosexual: es una figura legal distinta que otorga menos derechos y beneficios.

Si dos seres de un mismo sexo quieren vivir juntos, que lo hagan bajo esta figura legal, pero de allí a casarse, no. También se dejó claro en la norma constitucional indicada, que este tipo de uniones, no pueden adoptar niños, con lo que también estoy plenamente de acuerdo. ¿Qué se gana con matrimonios de personas del mismo sexo?
Doble estándar. Nadie cuestiona a las parejas heterosexuales qué ganan al casarse. La respuesta comodín de "procrear" sigue cayendo en el doble estándar, pues a las parejas heterosexuales que no pueden o no quieren tener hijos por cualquier motivo no se les prohíbe casarse, ni se les cuestiona qué ganancia alternativa trae su matrimonio.

Creo que se pierde, porque la unión de gente del mismo sexo, va contra reglas de la naturaleza, del sentido común y de la convivencia.
Más apelación a la naturaleza y afirmaciones sin sustento.

¿Qué pasará con los hijos de parejas compuestas por personas del mismo sexo? ¿Tendrán el mismo desarrollo emocional teniendo dos papás o dos mamás a la vez?
Sí.

Respeto a esa minoría de gente, pero que ellos también respeten a aquellos que no profesamos su inclinación sexual.
De nuevo doble estándar. El "respeto" que profesa el columnista y el que exige son totalmente distintos y desbalanceados.

Con esto termina el artículo de opinión y mi análisis del mismo. Si les parece que el formato que uso es inadecuado y tienen sugerencias de cómo hacerlo mejor desde un punto de vista estético o práctico, estoy atento a la retroalimentación.

La opinión de Pablo Ortiz García fue publicada originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección:
http://www.elcomercio.com/pablo_ortiz_garcia/Coincido-Pablo_Ortiz_Garcia_0_929307138.html.