jueves, 30 de abril de 2015

Desindividuación, deshumanización, demonización

En la política, en las teorías de conspiración y en la discusiones acaloradas del internet siempre existe un grupo enemigo. Los miembros de este grupo están en contra de la paz, de la libertad, de la vida o de la moral, pero lo importante es que su objetivo es hacer del mundo un lugar peor a propósito. Las identidades de estas personas poco importan, porque se comportan de manera homogénea. Obviamente, esta manera de pensar está equivocada. Dentro de cualquier agrupación hay personas que piensan distinto.  Hay 3 etapas para llegar a esta forma de pensar.

La primera se llama desindividuación. Consiste en percibir a los miembros de un grupo como una masa homogénea, sin diferencias personales o pensamiento crítico propio. Es un tipo de pensamiento que prevalece y en realidad es imposible de evitar: las personas no tenemos capacidad para comprender números grandes, peor aún entender a un gran número de personas de manera individual, así que es razonable agrupar a otros por sus características percibidas en común (aunque esta percepción pueda estar equivocada). Más aún, las personas tienden a perder su noción de individualidad cuando están en grupos. El problema con esto surge cuando uno se rehúsa a aceptar las diferencias de un individuo basado en prejuicios.

La deshumanización va un paso más allá. No solo se percibe a los individuos como una masa uniforme, sino que además son inferiores. Es así como alguien puede, por ejemplo, estar de acuerdo con que todos los humanos tienen derecho a tener los hijos que quieran, pero que el gobierno debería hacer un plan masivo de esterilización de gente pobre. En ese caso, la "gente pobre" no merece ciertos derechos humanos, a pesar de que son humanos.

Por último, la demonización de un grupo abarca las otras dos definiciones, pero además existe la percepción de que los miembros son malos y deberían ser eliminados. Un ejemplo de esto es la xenofobia. Creer que los inmigrantes dañan la economía del país (o la pureza de raza, o lo que sea), y deberían ser deportados, encarcelados o ejecutados (dependiendo de qué tan enfermo esté el xenófobo en cuestión).

En resumen: La desindividuación consiste en perder la capacidad de percibir al otro como un individuo, sino como un elemento más de un grupo uniforme. La deshumanización ocurre cuando a un grupo se lo considera inferior. La demonización implica creer que los miembros del grupo no solo son inferiores sino malos, y se debe actuar en contra de ellos. Este es el tipo de mentalidad. Estos 3 tipos de percepciones dan paso sentimientos como la xenofobia, racismo, homofobia, sexismo, etc.