viernes, 14 de febrero de 2014

Falacia Ad hominem

Ad hominem es una expresión que viene del latín "a la persona". La falacia ad hominem consiste en descalificar a alguien en lugar de refutar sus argumentos. Desde el punto de vista de la lógica formal, la falacia ad hominem es un non sequitur (no se sigue), ya que la validez de un argumento no depende de quién lo enuncie, excepto en algunos casos específicos.

Ejemplo: 
A y B están discutiendo sobre la eficacia de la homeopatía (nota: no sirve). A presenta evidencias que apuntan a que la homeopatía no es más que un placebo, a lo que B responde que A tiene la mente cerrada o que defiende a la industria farmacéutica por intereses propios. En realidad B no ha respondido de manera satisfactoria a los argumentos de A, solo ha afirmado que esta no está calificada para participar en la discusión.

No son ejemplos:
-Insultos a secas. Un insulto por sí mismo no es una falacia ya que a pesar de ser dirigido a la persona (ad hominem), no forma parte de una argumentación. Si A le dice a B que es un idiota lo está insultando sin caer en una falacia, a diferencia de si A le dice a B que su argumento es inválido porque B es un idiota.
-Argumentos ad hominem en los que el tema de discusión es la persona a quien este va dirigido. Si A y B están discutiendo la integridad moral de B, un argumento en contra de B sí es pertinente.

Tu quoque: Un caso particular cuyo nombre proviene del latín y significa "tú también", es cuando se usa el ataque como pantalla de humo en respuesta a una acusación.

Ejemplo: En un debate político, A denuncia a B de corrupción. Como respuesta, B denuncia la corrupción de A, con el objetivo de quitarse den encima el enfoque del público y sin responder nada. En un mundo ideal, tanto A como B deberían ser sometidos a un juicio por corrupción y por obstrucción de la justicia, ya que ambos tenían pruebas que incriminaban al otro y no las usaron hasta época de campaña. En cambio, en el mundo real es mucho más probable que una acusación entierre la anterior.

En resumen: Es importante saber diferenciar una falacia ad hominem de un simple insulto. Además es necesario analizar si un ad hominem es pertinente (en caso de que el tema de discusión sea la persona a quien va dirigido el argumento) antes de calificarlo como una falacia. Como siempre, luego de haber identificado una falacia lo que se debe hacer es exponerla como tal. Nunca responder a un ataque personal con otro.

Nota: A y B son personajes ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.